Un jueves de septiembre realizamos un trabajo de desatasco en la zona de San Agustín de Guadalix donde, en un bar-restaurante, se encontraba completamente atascado debido a las aguas fecales.
Cuando llegamos allí vimos, comprobamos y observamos que, en la cocina, había una arqueta oculta que ellos mismos habían abierto para que hiciésemos el trabajo. Para realizarlo fueron necesarios tres operarios y un camión cuba el cual va equipado por una bomba de alta presión para hacer el trabajo.
Vimos que una de las tubulares, la de salida, iba hacía otro restaurante que estaba al lado pero tratamos de hacer el trabajo. Metimos la manguera con agua a presión para intentar desatascar pero tras varios intentos vimos que era imposible hacerlo por allí y, para solucionarlo, necesitábamos abrir las siguientes arquetas ocultas que correspondían al restaurante de al lado.
Nos personamos en ese restaurante y, con un detector de arquetas, buscamos la arqueta oculta que estaba en la zona de la barra y perforamos la arqueta para seguir el trabajo. Nuestros técnicos en pocería vieron posible el trabajo por ahí y, después de abrirla, introducimos la manguera con agua a presión y esta vez sí conseguimos desatascar.
Vimos que el atasco era bastante grave pues estaba formado por grasas y aceites de bar, lo que componía una grasa consistente peligrosa provocando resbalones y otros accidentes.
Después de haber hecho el desatranco la tubular queda sucia por lo que procedemos a limpiarla con una tobera adecuada a la tubular. Después de varias horas limpiando se comprobó que todo estaba correcto por lo que los profesionales y expertos en desatascos saben lo que pueden hacer y el servicio quedó hecho y garantizado y listo para su uso.