Hoy hemos estado en la calle de las Cañas, en Madrid donde el cliente nos comentó que tenía un atasco en una pescadería y que, al lavar el pescado, en la mesa donde lo lava, el agua que utilizaba no era tragada por el sumidero.
El cliente nos solicitó ayuda urgente así que nos dirigimos allí y lo primero que hicimos fue ver la situación del atasco. Al llegar allí lo que hicimos fue comprobar cómo estaba el sumidero. Allí se podía ver el codo y seco de agua. Le echamos agua con la manguera para ver si estaba atascado y, al hacerlo, vimos que el nivel se iba subiendo lo que nos hizo pensar que era un atasco.
Le preguntamos al cliente si la parte de abajo tenía un garaje o un suelo y le pedimos permiso para acceder a ese garaje para ver la situación y comprobar las tuberías. Al abrir fuimos dando con una palanca al tubo para ver la situación y estado del tubo con lo que descubrimos que estaba atascado todo el tramo y lo primero que había que hacer era intentar darle por la parte de arriba porque el local tenía cosas de valor y no queríamos molestar en demasía al cliente si había otros medios por los cuales arreglar el problema.
Subimos de nuevo a la parte de arriba y metimos la manguera con agua a presión. La primera vez conseguimos que el agua no llegara a subir hasta arriba pero requerimos varios intentos para finalmente conseguir romper el atasco, producido en su caso por escamas de pescado.
Bajamos de nuevo al garaje para comprobar el tubo (que estaba hueco). El local de al lado también tenía el tubo pero no pudimos acceder al mismo ni a la arqueta que estaba allí por lo que comprobamos una vez más que todo iba bien.
Le recomendamos al cliente que comprobara la arqueta del local de al lado cuando pudiera ya que, si estaba en mal estado, eso podía hacer que se volviera a atascar el tubo fácilmente. Además, si la arqueta estaba atascada, nos ofrecimos a ir para desatascarla.
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